viernes, 3 de septiembre de 2010

Detective 02

Subió a su cochecito verde metálico. Aquella Caribe era ahora el único lazo que lo unía a su hermano. La habían comprado entre los 2, trabajando duro durante algunos años, juntaron lo suficiente para compra aquel coche destartalado que habían visto en el deshuesadero a las afueras de la ciudad. Aún después de tanto tiempo cada que la encendía recordaba las palabras de su hermano (el cual era mayor que él por 5 años), explicándole todo lo que le harían a su Caribe para restaurarla y tenerla en buenas condiciones. Recordaba cómo pasaban horas sentados en ella mientras André le iba detallando el proceso, las partes que necesitarían y lo que harían cuando la Caribe ya estuviera terminada.
Estos recuerdos lo mantenían vivo, y más ahora con tanto estrés y frustración por lo que acontecía a su alrededor. Desde que los asesinatos habían comenzado, él había adquirido la rutina de regresar a casa estacionar su coche y quedarse dentro de él largos ratos reviviendo recuerdos de su infancia. Una infancia difícil.
Bruno provenía de una familia muy humilde, con muchas carencias tanto económicas como de afecto. Un padre alcohólico y una madre golpeada que desahogaba su frustración e ira con sus hijos. Trabajando desde muy temprana edad, había sido un logro muy difícil para él terminar la preparatoria, después de la cual se esforzó mucho y logró estudiar la licenciatura en criminología en la pequeña universidad de su ciudad natal. Y corriendo con mucha suerte logró entrar al mes de graduado a la corporación policiaca. Escalando poco a poco hasta llegar a ser uno de los pocos detectives de la pequeña ciudad. Él pensaba en su vida actual como un premio a tanto esfuerzo y tantos problemas por los que había pasado en toda infancia y adolescencia. A sus 38 años se sentía conforme con lo que había logrado. Sus aspiraciones estaban cumplidas hasta cierto punto y no ambicionaba nada más que lo que tenía. Profesionalmente estaba satisfecho con lo logrado, nunca había deseado ser un héroe y resolver un gran caso. Ni siquiera estaba en busca de un puesto mejor, se sentía a gusto en su lugar actual y por eso gustaba de ser lo que era en su pequeña ciudad. Donde nunca pasaba nada fuera de lo normal. Algún asalto esporádico, un robo en alguna casa, cosas ordinarias que se resolvían en una semana a más tardar. No deseaba familia, ni hijos, por lo que complementar sus días con una pareja no era necesario para él. En algunas ocasiones se imaginaba a sí mismo casado y con hijos, pero rápidamente quitaba de su mente esas ideas al recordar su vida “familiar”. Se preguntaba, con qué bases de cariño podría el criar niños si él nunca había experimentado ese sentimiento por parte de sus padres. Lo que menos deseaba era repetir su historia en otro niño, temía que lo que el había vivido se repitiera, temía que de manera súbita él se convirtiera en alguien como su padre y le hiciera la vida imposible a sus hijos. Sólo de su hermano había recibido el afecto, sólo su hermano había cuidado de él, lo había apoyado y ayudado a sobresalir para que algún día fuera ese hombre que su padre y él mismo no habían sido.
-Bruno, eres un chico inteligente, algún día serás alguien de provecho y lograras lo que yo no podré- Recordaba esas palabras que André le repetía constantemente.

Bruno se tomó la cara con las manos y se talló los ojos para despertar de una vez por todas y enfocarse en lo que era importante ahora. Dirigirse a la dirección que su jefe le había dado.
Se puso en marcha deseando fervientemente que al llegar a la escena del crimen, sería recibido por alguno de los oficiales a cargo con la noticia de que tenían una pista que le diera la idea de hacia dónde enfocar la investigación. Algún detalle que se le hubiera escapado al asesino; una huella, algún objeto olvidado o, por qué no, en el mejor de los casos un testigo visual que pudiera proporcionar una descripción del homicida.

Salió a la avenida principal de la ciudad, la única vía rápida del lugar y se encamino rumbo al norte, al encuentro con lo que el suponía sería una desagradable escena.